Se ha observado que las plantas interactúan con el medio ambiente de maneras que, según un científico, demuestran que son conscientes.
Paco Calvo, profesor de la Universidad de Murcia en España, ha estado investigando la inteligencia de las plantas y la resolución de problemas durante años, y descubrió que las mimosas parecen «aprender de la experiencia» cuando dejan de plegarse.
«En psicología, esta es la forma básica de aprendizaje», dijo Calvo a DailyMail.com.
«Este patrón de plegarse, y luego dejar de plegarse, es consistente con la idea de que esta planta ha aprendido algo como resultado de la experiencia, más que de sus genes».
El profesor también señaló que otras plantas se comunican entre sí a través de sustancias químicas, resuelven problemas e incluso parecen tener recuerdos.
Muchos científicos definen la inteligencia como la presencia de un sistema nervioso central, donde las señales eléctricas pasan mensajes a otros nervios para procesar información.
En cambio, las plantas tienen un sistema vascular, una red de células que transporta agua, minerales y nutrientes para ayudarlas a crecer.
«Pensamos en las plantas como recursos de combustible, oxígeno, textiles y alimentos, pero no las respetamos en sí mismas», dijo Calvo.
“Si podemos entender otra forma de inteligencia que no requiera cerebro, tal vez podamos entender lo que nos une a todos en el árbol de la vida.
«Necesitamos encontrar la llave maestra».
El profesor dijo que algunas plantas parecen «recordar» períodos de sequía, conservando el agua de manera más eficiente que las plantas que nunca antes han experimentado períodos secos, y que las fresas podrían ser entrenadas para asociar la luz con puntos nutritivos.
Continuó explicando que las plantas también aprenden cuándo liberar polen cuando hay polinizadores como las abejas presentes.
Los investigadores también especularon que las plantas podrían contar, tomar decisiones, reconocer a sus parientes e incluso recordar eventos.
El problema es que los humanos tenemos una comprensión autosuficiente de la inteligencia que se centra en los animales con mente y nos lleva a ignorar otros posibles tipos de inteligencia y conciencia.
«Nuestra opinión es que hay que ser un animal, sino no eres inteligente. Eso es muy miope», afirmó Calvo.
Un estudio reciente realizado en la Universidad de Cornell encontró que las varas de oro emiten una sustancia química cuando los escarabajos las comen, lo que engaña a los insectos haciéndoles creer que están en mal estado y son una mala fuente de alimento, y luego las varas de oro cercanas hacen lo mismo.
«Esto se ajusta a nuestra definición de inteligencia», afirmó Andre Kessler, ecólogo químico y profesor de la Universidad de Cornell.
«Dependiendo de la información que recibe del medio ambiente, la planta cambia su comportamiento estándar».
Calvo se encuentra entre un número cada vez mayor de científicos que piden una nueva comprensión de cómo las plantas resuelven problemas y se comunican, y dijo que la forma en que lo hacen es en muchos aspectos similar a la forma en que los humanos “piensan”, solo que sin un solo cerebro central.
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